domingo, 27 de noviembre de 2011

Galletas navideñas (primera parte) de chocolate blanco



¡Qué dilema! Tengo varias recetas de bizcochos, layers y galletas y no me decidía por una para publicar... ¡se me acumula la tarea! Al final pensé que, como ya estoy con la segunda tanda de galletas navideñas y no quiero publicarlas todas seguidas, pues mejor empiezo con la primeras, las que hice a principios de semana. Creo que fue el lunes, había recibido unos días antes los cortantes navideños y eso de aguantar más de un mes para esperar a las fiestas como que no va conmigo... ¡Tenía que probarlos ya mismo! También es cierto que no pude probarlos todos, no os voy a contar la barbaridad de cortantes que tengo porque casi me da vergüenza, y muchos, pero muchos de ellos, son navideños. Así que empecé por unos más sencillitos, que era para decorar por la noche en un ratito de tranquilidad que tengo al acostar a los peques los días de semana. No era plan de hacer cosas complejas.


Para la masa de las galletas usé la receta de chocolate blanco; esta masa salió de uno de mis experimentos galletiles, de esos que hago a menudo pero no siempre os cuento, porque varias veces han terminado en la basura, es lo que tiene mi cabecita inquieta, que no  me puedo conformar con lo que me dan hecho. Partiendo de la base de las galletas de chocolate blanco de Karen's Cookies, reduciendo ingredientes, eliminando el huevo que no me gusta en las galletas decoradas, haciendo varias tandas con varios ingredientes... al final di con esta masa, que me parece ideal para decorar por varios motivos: la masa se maneja muy bien, queda muy firme, pueden cortarse nada más estirar, sin enfriar, y enfriarse ya cortadas; crecen poco en el horneado (hay que refrigerarlas como es habitual, pero hay otras masas que incluso refrigeradas pierden mucho la forma); quedan resistentes una vez frías, para no sufrir percances al aplicar el fondant; y no son muy dulces, algo muy importante para la decoración  a base de pasta de azúcar que suelo usar... si lo aplicamos a una masa de galletas muy dulce el resultado puede ser muy empalagoso, por eso prefiero galletas que no tengan mucho azúcar, que ya bastante pongo luego encima ;-)


Os gustarán sobre todo si el sabor a mantequilla de otras galletas no os apasiona (que conste que a mi me encantan las galletas sólo de mantequilla, jeje), porque el chocolate blanco lo tapa. Y no, no necesitan azúcar,  ¡hacedme caso!

No me voy a liar más hablando de las galletas, os enseño cómo se hacen ya mismo. Con estas cantidades salen unas 18-20 galletas de tamaño mediano (como las de las fotos).

INGREDIENTES

110 gramos de mantequilla
150 gramos de chocolate blanco
300 gramos de harina
un chorrito de leche (entre 25 y 50 mililitros)

PREPARACIÓN

Pesamos el chocolate y lo ponemos en un recipiente apto para microondas (a mi me gusta usar uno de cerámica que coge el calor de manera uniforme). Lo derretimos vigilando que no se queme, abriendo y removiendo cada pocos segundos. Lo dejamos templar un poco.



En esta ocasión no he puesto que la mantequilla esté a temperatura ambiente como en otras recetas porque me he dado cuenta tras hacerlas varias veces de que no es necesario. Mientras se templa el chocolate, sacamos la mantequilla de la nevera y la cortamos en dados. La ponemos en un bol y batimos con las varillas un par de minutos hasta que se forma una crema. A continuación agregamos el chocolate, que aún estará templado, por eso no hace falta que la mantequilla esté a temperatura ambiente, es más diría que es mejor que esté fría para que luego no llegue a derretirse al echar el chocolate templado encima. Batimos la mezcla y comenzamos a agregar la harina. Es preferible hacerlo en dos tandas, de 150 gramos cada una, para que la mezcla sea uniforme. Al final quedará una masa granulada, que parece no integrarse, no os preocupéis, es normal. Sólo hay que agregar un chorrito de leche y batir otro poco. La masa seguirá teniendo aspecto de "migas" pero ahora podemos echarla en una superficie limpia, en la encimera por ejemplo, y amasarla, veréis que en un momento tendréis una masa de galletas en condiciones, nada de las miguitas que había en el bol.

Una vez formada la bola de masa la ponemos entre dos papeles de hornear y procedemos a estirarla dejando un grosor de unos 5-6 milímetros (si usamos un rodillo regulable o unos listones de medida nos quedarán ideales). Una vez estirada retiramos el papel y procedemos a cortar. Esta masa tiene una consistencia tan buena que los cortes quedarán perfectos, sin necesidad de frío, incluso si el cortante no tiene muchos recovecos será posible levantar la galleta con el propio cortante e ir colocando en la bandeja de hornear.

Yo voy cortando y colocando sobre una lámina antiadherente de color negro que coloco en la bandeja del horno. Lo del color no es una tontería, cuando horneo sobre papel de hornear blanco las galletas pierden más la forma.

Lo bueno de este sistema de cortar sin enfriar es que podemos aprovechar los restos de masa y cortar de nuevo hasta terminarla, sin tener que esperar a que la masa enfríe en la nevera.

Así, dejamos cortadas todas las galletas y las dejamos reposar en la nevera un par de horas por lo menos.

Al cabo de este tiempo, con el horno precalentado a 175º C, las horneamos unos 12-15 minutos, dependiendo de nuestro horno y del tamaño de las galletas. No hace falta separarlas demasiado en la bandeja ya que casi no crecen. Tampoco hay que dejar que se tuesten ni endurezcan en el horno. Cuando los bordes comiencen a dorarse ligeramente las sacamos del horno. Las dejamos un par de minutos en la bandeja y las pasamos a una rejilla con cuidado, ya que estarán un poco blandas. Al enfriar endurecerán.



Una vez frías ya podemos decorar. En mi caso, como era ya un poco tarde y más que nada una prueba, no me compliqué mucho, usé unas láminas texturizadoras sobre fondant ya teñido de color amarillo, verde bosque, rojo y marrón. Apliqué encima con un pincel brillo perlado y dorado de Americolor, brillo en polvo blanco de SK y purpurina Hologram Silver de Rainbow Dust y listo, quedaron monas para estar hechas a altas horas de la noche ¿verdad?

Animaos con la receta de las galletas y me contáis el resultado, si os gusta cómo se trabajan, el sabor, la combinación con el fondant... Prometo en breve un paso a paso con fotos, que siempre ayuda, y también las variaciones para la receta con chocolate con leche y chocolate negro.

¡Felices Pre-Navidades!

5 comentarios:

  1. Jo Marta de verdad que me gustaria probar con galletas pero no se porqué me da que es complicado!!1 Te han quedado estupendísimas y de chocolate blanco hhhhhmmmmm

    ResponderEliminar
  2. Tienes que animarte, son más sencillas que las tartas, de verdad!!! Y encima te gusta el chocolate blanco... no hay más excusas que valgan! Cuéntame cuando las haga vale? Muacks!

    ResponderEliminar
  3. jo Marta de verdad que flipo contigo ... dan ganas de ponerse como una loca ha hacer galletas jajajja y sin tener ni idea :P
    y please !!! foto friki YA jijijijij ... esos cortantes XDXD solo me animaria a esto de la reposteria por que tiene un mundo de cositas , que me gustan a mi las cachibaches jejejej
    Rakel

    ResponderEliminar
  4. Que galletas tan bonitas :)
    te pongo en mi lista ya mismo para seguir conociendo tus creaciones, que envidia de manos :)
    Te invito a pasarte por mi blog cuando quieras. un beso :)

    ResponderEliminar
  5. Rakel, algún día pondré foto de los cortantes, prometido!

    Lauryna, gracias, ahora mismo me voy a verte.

    Besos!

    ResponderEliminar