Estos cupcakes recibieron el viernes pasado a dos buenas amigas y mamás canguras que me hicieron una visita (Charo y Zulima, un fuerte abrazo). Junto con otros de vainilla y fresa, más tradicionales, me animé a hacer una variación de los Raspberry Cupcakes de la Primrose Bakery con mermelada de ciruela, porque frambuesas no tengo pero de ciruelas estoy más que servida. Realmente se puede usar mermelada de cualquier sabor, es más, mi próximo experimento será con mermelada de tomate, sólo es cuestión de gustos ¡o de lo que tengas en la nevera!
INGREDIENTES (12 cupcakes)
110 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
180 gramos de azúcar
2 huevos
125 gramos de harina con levadura (bizcochona) tamizada
120 gramos de harina común tamizada
125 mililitros de leche desnatada a temperatura ambiente
1 cucharada de extracto de vainilla
6 cucharadas de mermelada de ciruela
PREPARACIÓN
Precalentamos el horno a 175º C y colocamos las cápsulas en el molde de cupcakes.
Mezclar y tamizar las dos harinas. En caso de no tener harina con levadura utilizaremos 250 gramos de harina normal y una cucharadita de levadura química. Reservamos.
Mezclar la leche con el extracto de vainilla y reservar.
Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que consigamos una mezcla cremosa, aproximadamente unos 5 minutos. Añadimos los huevos, uno a uno, batiendo bien hasta incorporar antes de añadir el siguiente.
Ahora añadimos la tercera parte de la mezcla de harinas, batimos bien y añadimos la tercera parte de la mezcla de leche y vainilla. Seguimos estos mismos pasos hasta terminar la harina y la leche.
Añadimos tres cucharadas de mermelada a la masa y removemos sin mezclar del todo. Repartimos la masa en las cápsulas de los cupcakes, llenando poco más de la mitad. Con una cuchara pequeña vamos repartiendo el resto de la mermelada sobre la mezcla de cada cápsula. Horneamos durante unos 25 minutos y dejamos reposar 5 minutos en el molde al sacar del horno. Luego sacamos del molde y dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.
El frosting en este caso fue una cheese cream muy fresquita que combinaba muy bien con el sabor un poco ácido de la ciruela, aplicada con una boquilla Ibili de 20 milímetros, y unas virutas de azúcar de colores.
FROSTING CHEESE CREAM
300 gramos de azúcar glass tamizada
50 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
125 gramos de queso crema (tipo Philadelphia)
Batir el azúcar y la mantequilla hasta que se mezclen bien (cubrir el recipiente para no crear una nube de azúcar en nuestra cocina). Añadir el queso y batir hasta que quede cremoso e integrado.
Os debo la receta de los otros cupcakes que preparé para mis invitados y que triunfaron sobre todo entre las más pequeñas por su decoración.
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